Maggie Civantos, protagonista de Malaka, nos habla de su nueva serie

Maggie Civantos - Entre Focos

MAGGIE CIVANTOS: <<Mi personaje es tan complejo que no lo comprendí hasta el día antes de grabar; de repente, di con la clave>>.

Aprovechando el FesTVal 2019 y el estreno de Malaka, hemos podido entrevistar a una de sus protagonistas, la recién ex-chica del cable: Maggie Civantos. Pero antes de dar paso a las preguntas, vamos a ver qué es Malaka.

Malaka es un thriller compuesto por ocho capítulos con un final cerrado y con una duración de 60 minutos, en el que los protagonistas buscan saldar deudas con su pasado y su presente.

Como punto de partida tiene la desaparición de Noelia, hija de Germán Castañeda, un importante empresario malagueño, que lleva a desvelar conexiones y secretos inesperados. Blanca Gámez (Maggie Civantos) y Darío Arjona, alias «El Gato» (Salva Reina), serán los encargados de resolver el caso a la vez que lidian con temas como las drogas y la corrupción.

Háblanos de tu personaje, ¿qué es lo que más te llamó la atención de “Blanca Gámez”?

Maggie Civantos: Mi personaje al principio me encantaba, pero no sabía por qué, era muy estereotipado. De hecho, cuando ya me tocó analizarlo para empezar a trabajarlo, les decía “es un estereotipo de hombre”.

De alguna forma, tiene ciertas cualidades masculinas en un personaje femenino, y luego entendí por qué, pero es tan complejo que no lo comprendí hasta el día antes de grabar; de repente, di con la clave.

Blanca tiene una vulnerabilidad que, de alguna forma, ella misma no se ha permitido tener. Le han hecho mucho daño y ella quiere ser autosuficiente. Este camino, a lo largo de los 8 capítulos, va a ser para encontrar a la “mujer” y aceptar su feminidad no como una vulnerabilidad; aceptar el daño y repararlo desde un lugar mucho más sanador.

Es un personaje que puede resultar antipático en un principio, pero luego vas entendiendo por qué. El reto para mí, como actriz, es que se la quiera, hay que comprenderla y yo creo que se va a ver esto en el capítulo 3.

Llevas un tiempo con personajes de mosquita muerta que pasan a ser más cabronas, ¿crees que te has quitado ese San Benito, que empiezan a verte en otros registros los directores de casting?

M. C.: Yo te digo “Bendito, San Benito” porque todos los personajes que tienen evolución son muy divertidos de interpretar, no te quedas anclado. También me siento muy halagada, como actriz, de que me den ese tipo de personajes, significa que confían en mí.

Pero yo creo que, en este caso, este personaje tiene una evolución a la inversa, no a una mosquita muerta, pero sí a un personaje mucho más sensible y vulnerable y veremos esa vulnerabilidad ya casi al final de la temporada y eso me pareció muy bonito; un personaje muy sensible que juega los tempos, muy pausados en la serie.

¿Qué opinas de las ficciones españolas? ¿Crees que Malaka tiene recorrido más allá de nuestras fronteras?

M. C. : Hace años que la ficción española está ofreciendo productos de calidad, con riesgos en todos los sentidos: narrativos, estéticos… ¡Jolín!, lo estamos viendo.

Yo creo que la televisión española tiene un momento dorado. A todos se nos vienen títulos de series a la cabeza. Creo que es buen momento,  independientemente del recorrido que vaya a tener ahora Malaka, en emisión, luego nunca se sabe, la verdad; confío mucho en que tenga un recorrido más largo, precisamente porque haga ruido en TV y a nivel internacional la gente quiera verla, es lo que pasó con Estoy Vivo y ahora van por la 3ª temporada, de repente la ven fuera de españa.

A mí me gustaría que pasara eso con Malaka ya que, aunque se sitúe en Málaga, podría ocurrir en cualquier lugar, cualquier ciudad maravillosa, turística, llena de museos, tiene un submundo y es de lo que habla Malaka. Málaga está actualmente viviendo un momento fantástico, pero hay un submundo que el turista no ve; y existe. Yo estoy en Málaga y sé que lo que estamos contando es real.

¿Cómo crees que lo va a recibir la gente de Málaga?

M. C.: Me da un poco de miedo porque la gente de Málaga se siente muy orgullosa de su ciudad y no quiere ver la parte negativa. Al final la gente se queda como que estás mostrando la parte mala; y, obviamente, Málaga es mucho más que eso, es preciosa y yo me siento muy orgullosa. Pero, como  cualquier ciudad del mundo, tiene barrios más complicados y a la ficción lo que le interesa es el conflicto.

Una actriz como tú, que venías de una serie más comercial como Las chicas del cable, pasas a un proyecto de las características de Malaka, ¿crees que eso te ha apartado un poco de lo comercial o es una apuesta personal tuya?

M.C.: Sinceramente no, porque yo cuando entré en Las chicas del cable sabía que me iba a ir cuando terminase lo que había firmado. Son 4 temporadas y es un personaje que ya ha evolucionado tantísimo que sentía que era suficiente, que había crecido y aprendido mucho con las chicas. Me ha dado mucho. Aunque me voy, yo salgo súper agradecida de ahí. De hecho, a mí me habían pasado el guión de Malaka hace un año y ya dije que estaba haciendo las chicas; hasta que no terminara, no podía. Entonces tuve la suerte de terminar y a la semana empezar con Malaka.

Yo estaba muy nerviosa, aunque ya conocía el personaje y me lo habían presentado hace un año, yo tenía una semana para preparármelo y meterme en la piel de un personaje muy complejo y, sinceramente, lo pasé mal.

Vi todas las fisuras del personaje que no entendía y luego me di cuenta de que es estereotipado porque ella es estereotipada, y eso ocurre en la vida muchísimas veces, gente que se pone máscara porque es incapaz de aceptar su realidad y ya el primer día lo vi.

Es un tipo de televisión mucho más cercano al cine. Soy muy afortunada de estar aquí.

El acento malagueño, ¿cómo lo has llevado? Porque los que estamos fuera y volvemos sentimos que estamos fingiendo nuestro propio acento, ¿te ha costado?

M. C.: Sí, totalmente. Pero, después de una semana en casa con mi familia, el acento se pega y, la verdad, nos dieron mucha libertad, porque parece que hay que entenderlo absolutamente todo, pero cuando estás contando hiperrealismo, si no se entiende, no se entiende, y la gente va a comprender la secuencia por el contexto.