Volvió una noche: Los lazos familiares son inmortales

Volvió una noche - Entre Focos

VOLVIÓ UNA NOCHE: Un reencuentro que te quitará el sueño.

Volvió una noche figura como la obra más destacada del autor argentino Eduardo Rovner, cuya primera puesta en escena tuvo lugar en 1993 (Montevideo). Este mes de marzo, hemos podido disfrutar de su reestreno en el Teatro Romea de Murcia, dirigida por César Oliva y destacando la interpretación de Beatriz Carvajal (Fanny) y el murciano Carlos Santos (Manuel).

Una divertida comedia moralista que juega entre la dualidad del bien y el mal y dos mundos paralelos: la vida y la vida después de la muerte. La trama comienza cuando Manu confiesa a su madre, muerta hace 10 años, en una de sus habituales visitas al cementerio, que se casa en una semana. Fanny sale de su tumba para así acompañar a su hijo en esta divertida historia.

Se trata de una sátira entre la vida y la muerte teniendo como trasfondo la dependencia maternal a pesar de que el protagonista supera la edad adulta.
También se refleja una dependencia mutua muy fuerte. “Una madre nunca deja de ser madre aunque su hijo tenga 80 años”.

https://twitter.com/Ballesta_Murcia/status/1109203104652763136

Una madre todoterreno que durante su vida ha protegido y servido a su hijo a cambio de que este hiciese lo que ella consideraba ir por el buen camino. Esto le lleva a Manu a mentir sobre su carrera de medicina y las circunstancias de su novia, así como ocultar cierta información sobre la existencia de su hijastro y el grupo de música que tiene.

La música también es protagonista dentro de la propia historia ya que funciona como nexo de la pequeña familia, como un elemento muy presente de unión entre escenas.

Se utiliza el escenario de la orquesta para romper la cuarta pared durante las actuaciones del cuarteto musical y así jugar a que el público es otro componente de la obra donde se interactúa con el mismo.

Como innovaciones, se apoyan de material audiovisual para presentar al diablo. La escenografía es bastante sencilla ya que utilizan como escenario principal la casa familiar donde vive nuestro protagonista modulándola con ligeros cambios de luces para conseguir otros escenarios, como el cementerio y el salón de actos.

https://twitter.com/TeatroRomea/status/1109025705407455232

En conclusión, es una obra muy divertida con un final cerrado aunque las
escenas reiterativas en contenido hace que pierda ritmo la obra y se vea demasiado prolongada. Sin embargo, las interpretaciones de los actores hacen que nos quedemos con buen sabor de boca. Finalmente, me gustaría destacar el trabajo de los personajes secundarios (Pedro Segura, Berta Hernández y Daniel Ortiz) que han hecho a sus personajes grandes y muy divertidos.

Recomendada: Para toda la familia.