Etica y estética ecológica: Reflexiones en un pequeño libro

 

Joaquín Araújo nos invita a pensar y a reflexionar

Este es un libro pequeño en tamaño, ya que no ocupa más de 100 páginas, pero muy grande en voluntad de cambio, en intención de hacernos reflexionar, en voluntad de denuncia, en profundidad de sus reflexiones. No es un libro de lectura rápida ni sencilla, si no que exige tiempo y silencio. Dos regalos que nos ofrece a raudales la naturaleza, pero que en nuestro mundo moderno de consumo rápido e Internet son cada día más escasos.

En cada uno de los capítulos el autor reflexiona sobre esas cosas de valor incalculable pero que no tienen precio; La belleza de los paisajes, la armonía de la Natura en contraposición al caos urbano y moderno, el altruismo como virtud fundamental de las personas. Así como denuncia realidades de nuestro mundo moderno, que por comunes no dejan de ser denunciables; el consumo desmedido y rápido, la perdida de nuestra diversidad de paisajes, e incluso de nuestro propio lenguaje, o la violencia entre nosotros y contra la Natura. Termina el libro con poesía, para hacernos reflexionar no solo con nuestra materia gris, si no con esa parte nuestra menos racional, más intuitiva, más sensible.

 

Joaquín Araújo es uno de los naturalistas más importantes del panorama español en la actualidad, es autor de infinidad de libros y colaborador de otros tantos más, es conferenciante y realiza una activa labor en defensa de la Naturaleza, lo que le ha llevado a recibir numerosos premios. Además de eso es agricultor, hace radio, escribe en periódicos, planta árboles y organiza exposiciones. En definitiva un alma inquieta que tiene muchísimo que aportar.

Mi consejo: Este es un libro para sentarse a reflexionar junto al autor, así que tómense el tiempo que merece, preparen una taza de té calentito, en un lugar donde puedan observar algo de naturaleza, y lean. Reflexionen. Levanten la vista del libro si lo necesitan y piensen, o mejor aún entren en acción. Que lo disfruten.

 

Articulo escrito por Rafael Escalera