Rodrigo Villagrán: “Un actor tiene que estar preparado para todo”

Nathalie Poza en la gala de los Goya dijo que ser actriz le había salvado la vida, y eso lanza una reflexión de cómo esta profesión tan cruel como estimulante puede cambiar la vida de una persona.

Rodrigo Villagrán es un actor que vive cada instante de su profesión intensamente, llenando actualmente con la obra Cuestiones con Ernesto Che Guevara y su presencia en una de las películas con participación española más esperadas del año. Entrefocos pudo hablar con el actor.

En “Cuestiones con Ernesto Che Guevara” interpretas a 4 personajes. ¿Cómo es trabajar 4 personajes en una obra?

Este reto de sacar cuatro personajes es algo que cualquier actor o actriz recibe con gusto, aunque también con nervios. Puede ser una buena oportunidad para invitar a un buen director de casting, para que vea varios registros tuyos, pero es un desafío porque también te puedes equivocar y si lo haces puedes evidenciar incluso falta de trabajo.

En esta obra, se trata de personajes de distintas nacionalidades y con distintas energías cada uno. La obra empezó en 2011, después paramos 2 años y en total llevamos 5 años en cartel. Ten en cuenta que ya han pasado 7 años desde entonces y los personajes van evolucionando con uno. Por ejemplo, el soldado boliviano al principio era muy encantador y muy entrañable y eso hacía que el público se quedara con él, pero ahora destaca Fidel Castro porque al tener más experiencia puedo llenar mejor ese personaje, ya que no es solo sacar la barriga… Tiene que tener un peso de valentía y de vida. Como curiosidad, este personaje creció cuando descubrí dónde estaba su centro energético… que son sus huevos… porque hay que tener muchos huevos para hacer lo que él hizo.

¿Cuál es tu experiencia como actor latinoamericano en España?

En mi caso, además de latinoamericano soy chileno. En España no hay personajes chilenos salvo que yo me los cree. En realidad no nos conocen demasiado excepto a personajes como Salvador Allende, Pinochet, Violeta Parra, Pablo Neruda o Jodorowsky, entre algún otro. No se escriben personajes chilenos. Eso me ha llevado a tener que trabajar varios acentos latinoamericanos para trabajar aquí.

¿Por qué motivo viniste a España?

Vine hace 16 años a España y fue un cúmulo de cosas. No ha sido un camino fácil y a día de hoy agradezco que haya sido así. No fue fácil ser actor ya que mi familia esperaba otra cosa de mí. Yo empecé a hacer teatro desde muy joven, de hecho tengo clavada la primera función escolar que hice en mi ciudad natal… Era un teatro antiguo con su balcón, con su telón pesado rojo… Las risas del público, su reacción y los aplausos finales fueron una revelación. Fue complicado hasta poder estar trabajando profesionalmente. Estuve 9 años trabajando en Chile como actor antes de salir. Estaba en una compañía llamada Zeta producciones, donde vivíamos muy bien ya que teníamos mucho trabajo. Pero había una gran inquietud en mi interior, una gran necesidad de hacer y vivir cosas nuevas. Siempre he sido culo de mal asiento y fue difícil asumir que Santiago me estaba asfixiando en más de un sentido. La idea de salir se fue gestando durante un par de años y mi plan inicial era ir a Nueva York por unas 3 semanas a visitar a un amigo. Entonces se me puso por delante España con todos sus referentes y las conexiones que siempre tuve con este país y Europa: estaba enamorado del cine europeo y en especial del de Almodóvar. Desde pequeño escuché y me fasciné con historias de un antepasado español al que le llamaban “Toro de tres pelos”, me imagino que era calvo y muy follador (risas). Finalmente vine por 3 meses a España, que se han convertido ya en 16 años y una vida bastante consolidada en estas tierras.

¿Cómo fueron tus comienzos en España?

Cuando llegué a España me dediqué a vivir la vida loca, a descontextualizarme y a romper mis esquemas mentales… me permití desorganizarme. De hecho recuerdo que cuando regresé a Chile después de 2 años mi madre me miraba con cara de “¿quién es este?”. Aprendí a tener paciencia en la vida, en Chile también trabajaba en producción donde tenía que conseguir todo lo que me pedían inmediatamente. También aprendí reiki que me ayudó a mantener la calma. Estuve 2 años de forma ilegal sin tener los papeles, se me acabó la visa de chileno y no los conseguí hasta que tuve un contrato por servicio doméstico. Espero que no me quiten la nacionalidad por reconocerlo (risas). Viví la experiencia de ser un “sin papeles”, me las tuve que arreglar para vivir con poco. Por suerte ahora tengo una vida mejor pero pasé frío y a veces hambre. Al tener menos dinero no podía tener una dieta muy equilibrada y me inflaba a pastas todo el tiempo. Pero aquí me sentí en casa. Una vez tuve una experiencia esotérica al ir caminando por la Calle del Codo, una de las más angostas de Madrid, y me pregunté: ¿Es la primera vez que paseo por aquí? Sin embargo, nunca había estado pero sentí que ya la había caminado antes. Me encontré con gente muy abierta, receptiva y generosa que me apoyó y a la que no olvidaré, aunque por diversos motivos ya no haya contacto. Yo vine precisamente a eso, a compartir y creo que la gente lo valoraba. Por ejemplo, en la comida, haciendo platos típicos de mi país como el pastel de choclo. También es verdad que conocía a gente que vino a España antes que yo: algún director de teatro, algún actor… A los dos meses alquilé una habitación a un director chileno. Al tiempo él me propuso incorporarme a su puesta en escena de Fausto y estuvimos 3 meses en una sala de Lavapiés. Paralelamente empecé a trabajar en la compañía Teatro en el Aire, donde ya llevo 15 años. Luego conocí a otros directores y se cumplió otro propósito que era viajar actuando. Viajé a Portugal con un proyecto de la Universidade da Beira Interior y a Holanda con la compañía Medea 73 haciendo un teatro más físico. Resumiendo, venir a España me permitió hacer cosas que en Chile no podía hacer en ese tiempo. He actuado en otros idiomas como portugués e italiano.

También has hecho algo de televisión.

En Chile alcancé a hacer algo de publicidad y a aparecer en episodios de series como Mea Culpa. Aquí he aparecido en series como Amar en Tiempos Revueltos, Plan América, El Barco y Hospital Central, fundamentalmente actuando como colombiano, ecuatoriano y una vez de chileno en Centro Médico. Lo del personaje chileno surgió de haber hecho un capítulo anterior como ecuatoriano y la directora me dio la posibilidad de hacer un personaje chileno porque se lo pedí, aunque aquí no se perciba mucho la diferencia.

¿Has visto mucho cambio en España en este tiempo?

Cuando llegué recuerdo actores que hacían cine, otros hacían televisión y otros teatro. Había actores que podían trabajar en sus comunidades en las televisiones autonómicas. Había festivales y pagaban buenos hoteles, cachés y dietas. Pude conocer gran parte de España gracias a los festivales de teatro. Con la crisis (que para mí en realidad es un cambio sistémico que están consiguiendo) todo el espacio de nuestro trabajo se ha empequeñecido con los ataques a la cultura como la subida del IVA. Ya no hay festivales donde se pague tan bien, actores que hacían solo cine ahora hacen televisión o actores que hacían televisión ahora hacen teatro y microteatro. El mercado laboral se está concentrando en Madrid y Barcelona.

Por lo que hemos visto este año vas a estrenar película… cuéntanos algo sobre ella.

Tornasol es la productora de la película y ya ha compartido en redes que es uno de sus estrenos de este año. Se llama Memorias del calabozo, donde tengo alguna secuencia e interpreto al soldado Almeida. No quiero hablar y pasar la vergüenza de algunos colegas que han compartido de alguna película y luego han llegado al estreno y su personaje ha sido eliminado del montaje final. Mi personaje está presente en situaciones muy particulares y confío en que finalmente me vea en pantalla grande. Hago de uruguayo y eso supuso trabajar ese acento, algo que me parece maravilloso.

¿Cómo debe ser un actor o actriz?

Yo creo que un actor/actriz es un ser que tiene que estar preparado para todo. No son tiempos para ser vulnerables. Nosotros no sobrevivimos a las crisis porque vivimos en ellas. Eso nos hace estar vivos y alerta, constantemente buscando las posibilidades o creándolas mismamente. Me cuesta la empatía con los creadores que parecen indicar que la crisis la viven solo ellos, que es muy difícil sacar los proyectos adelante, que es una mierda… Me agota la gente que no cambia ese discurso y me lo dicen a mí que también estoy viviéndola… ¿me lo dices o me lo cuentas?. Creo que hay que estar siempre atento a nuevas puertas para abrir y a fijarnos en lo que no hemos hecho para estar más cerca de dónde queremos estar. Ayer tuve un casting en inglés con acento mexicano, es algo que los actores tenemos que poder hacer, hay que hablar en otros idiomas y acentos. Son tiempos donde hay que solucionar más que poner obstáculos, más en medios como la televisión o el cine donde hay menos tiempo y las prisas son más grandes. Creo que tenemos que poder llorar, enojarnos o reír más rápido, ése es nuestro trabajo, aunque parezca frío decirlo. Respeto que haya gente que no lo vea de esta manera. Si estás rodando con mucho frío nos jodemos todo el equipo y un actor no debería retrasar el trabajo. Yo antes necesitaba mimos, que me sobaran la espalda, pero después de 22 años de profesión entiendo que soy yo el que tengo que estar preparado para dar lo mejor de mí lo más rápido posible si quiero sobrevivir en este medio.

Cuestionario EntreFocos

Un color:  Verde

Un animal: Caballo

Una película: La naranja mecánica de Stanley Kubrick

Una canción: Rasguña las piedras de Sui generis

Un libro: El perfume de Patrick Süskind

¿Optimista o negativo?: Optimista

Un sueño: Poder trabajar, no necesito ser famoso quiero que mi trabajo sea la fuente de mis ingresos y mis anhelos.

Una pasión: Viajar

Un ídolo: Mads Mikkelsen

El mundo está… por descubrir la posibilidad de destinos que tiene

+ Fotografia de portada realizada por Juan Carlos Sotelo