Ariadna Gil y Pepa López nos hablan de teatro, feminismo y educación

Jane Eyre - Entre Focos

ARIADNA GIL Y PEPA LÓPEZ COMPARTEN CON NOSOTROS SUS IMPRESIONES SOBRE “JANE EYRE” Y SUS PROYECTOS.

18:30. Teatro Romea de Murcia. Quedan un par de horas para la representación de “Jane Eyre”, Pepa López y Ariadna Gil nos reciben sin prisa y con cercanía en las entrañas del teatro.

– ¿Qué tiene de especial esta adaptación de la dramaturga Anna Ricart? ¿En qué se diferencia de otras adaptaciones de “Jane Eyre”?

Pepa López: Yo, la verdad, es que no conozco adaptaciones a teatro de “Jane Eyre”, pero sí te podemos decir que es una adaptación magnífica, ya que resumir, explicar y contar lo que es la historia de Jane con esa fuerza y esa sensibilidad en dos horas es complicado -porque la novela es un novelón-.

Ariadna Gil: En las películas se centran mucho en la historia de amor, que aquí también porque es una parte importantísima y vital para los personajes, pero como novedad también tratamos desde el principio la singularidad y la particularidad del personaje: cómo piensa y cómo afronta las cosas.

Pepa: Sí, esa mirada femenina desde la propia mujer en una de las primeras novelas feministas, aunque todo el mundo se ha quedado más en la historieta -en la gran historia de amor-, pero aquí Carme Portaceli (la directora) también ha puesto parte de su perspectiva en el montaje y le ha interesado mucho la dignidad de Jane, el hecho de que quiera ser una mujer independiente está muy valorado.

Ariadna: En esta versión sí que hay algo que no ha hecho nadie hasta ahora. Existe una novela de los años 60 (1966) de Jean Rhys que se llama “Ancho mar de los Sargazos”, una novela fantástica, que cuenta la historia del personaje de la loca del desván, Berta (la mujer de Rochester), esa señora que vive ahí recluida en la novela de Charlotte Brontë y que simplemente se la ve y se la describe como un animal encerrado desde un único punto de vista (el de el marido, Rochester). Entonces, Jean Rhys le pone voz a Berta y cuenta la historia desde ella, desde su isla: cómo llega este joven Rochester, cómo se casa con ella, cómo se la lleva a Inglaterra, qué es lo que pasa cuando la encierra en la habitación, etc. Una novela extraordinaria, un complemento perfecto. Una vez la has leído, no puedes leer una sin la otra, cierra como un círculo. En nuestra adaptación, parte de esa novela está en el personaje de la loca Berta (Gabriela Flores). Carme lo ha añadido porque da la mirada de esa mujer, aporta mucho, con una gran fuerza interior y unos principios inamovibles.

Pepa: Pero tampoco le quita fuerza ni te hace odioso a Rochester, pues él también te da su punto de vista y también es humano. Son esas putadas que tiene la vida. ¡Sólo falta el perro! (risas) El perro, Pilot, no viene de gira.

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– ¿Por qué creéis que a día de hoy es necesaria una obra como esta? ¿Sigue estando vigente “Jane Eyre”?

Ariadna: Porque tú lees la novela y te sigue sorprendiendo ese personaje, dices: “Ostras, ¡¿cómo es posible?!”. Eso significa que todavía hoy hay mucho trabajo que hacer. Obviamente, habla de un momento y de una época donde era todavía muchísimo peor, nuestra sociedad occidental ha cambiado, pero no ha cambiado tanto…

Pepa: Claro, es muy complicado. Se van arreglando cosas, se va avanzando y arreglando, vamos poniendo parches; pero, hasta que no haya una educación para que todo eso se normalice, tienen que pasar siglos. Espero que no sea así, pero es muy profundo el cambio que tiene que darse. O sea, vigencia tiene para años todavía.

Ariadna: Es muy curioso. “Jane Eyre” es el caso de alguien que por encima de todo defiende su libertad individual y eso yo creo que no es de hombres ni de mujeres, todavía va más allá, desde mi punto de vista, a mí me toca más allá
del feminismo. Evidentemente, en esa época que esas hermanas escribieran de esa manera y que Charlotte Brontë triunfara con esa novela, que llegara a tantísima gente y que las dificultades que suponían para ellas eran infinitamente mayores que para un hombre, tiene un valor increíble. Pero para mí todavía va más allá.

Pepa: Para mí también. El feminismo es necesario como bandera para avanzar, pero no nos podemos parar ahí porque se puede quedar en una moda y nada más, es muy peligroso, porque ahora todo el mundo es feminista y eso no puede ser, porque la realidad no es así. Tenemos que tener un punto de vista más reivindicativo de valores humanos y de igualdad.

– Como actrices, ¿estáis al tanto de las críticas? ¿las leéis u os importan? ¿añadís cosas a la obra o a vuestros personajes a lo largo de las representaciones?

Ariadna: Yo no leo críticas. Yo, ninguna.

Pepa: No, el espectáculo no se modifica. Yo sí he leído una o dos (críticas) y sí es verdad que hemos tenido la suerte de que ha gustado a la crítica y al público, que eso a veces es muy complicado y es alabador. Pero eso no influye y el espectáculo es el que es desde que nace hasta que muere.

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– ¿Cómo es el personaje que representáis? ¿Qué os ha aportado?

Ariadna: Yo solo hago uno, a Jane; como Abel Folch, Rochester. Los demás de la compañía se mutan en varios personajes, es una dificultad añadida tremenda, vamos cambiando de momento, de lugar, de época y ellos de personaje, menos nosotros dos. Además, tenemos a una pianista y a un chelo en directo que, junto a unas proyecciones, te transportan a esos lugares.
Mi personaje es una maravilla que te hace mejor ser humano. Es un personaje muy complejo porque uno piensa que va a actuar de determinada manera frente a situaciones adversas y desea actuar con dignidad, con valentía, con sus principios, luego en la vida a veces te encuentras en una situación límite y no actúas como te gustaría. Es un personaje de esos que dices qué mas le puede pasar: es huérfana, le maltratan en la casa de su tía, está en una escuela donde mueren la mitad de las niñas de tuberculosis donde sobrevive a duras penas y conoce la amistad, renuncia al amor de su vida por principios y eso le lleva a la inanición. Wow.
Es un personaje muy bonito de hacer y de preparar: lees la novela, la biografía de la autora, de las hermanas Brontë, de esa familia… Todo un mundo muy placentero de entrar y que sólo me ha dado cosas buenas. Y desde luego estoy en una compañía con unos compañeros estupendos donde hay realmente un ambiente de rigor, pero de hacer todos lo mismo al mismo tiempo, no ha habido ni un momento de fricción. Es un trabajo donde das mucho y pasas mucho tiempo y eso también te aporta mucho a nivel humano.

Pepa: Mis compañeros y yo somos los encargados de acompañar e ilustrar esta historia. La dificultad está en cambiar el chip rápido. Con unas pinceladas, tienes que dar mucha información en poco tiempo, pero a la vez tampoco son tan profundos ni tan introspectivos como Jane.
Yo interpreto a la tía Reed, una mujer muy dura, con una energía que no te gusta mucho al principio, pero cuando te atreves con esas negativas, también es un personaje agradecido. A la señora Fairfax, ama de llaves de Rochester, una mujer conversadora, más humana, un poco incontinente de palabras porque está allí sola. A una condesa vacía, imbécil -la pobre-, que está deseando casar a su hija con Rocherter. Ahí, me parece, hice un poquito de burlar al personaje, que se lo merece.
Todos los personajes te aportan cosas, incluso la tía Reed. Yo creo que los actores tenemos que ser valientes, más que en desnudarnos físicamente, en desnudarnos emocionalmente porque todos conocemos todas las emociones y tenemos que atrevernos a enseñarlas.

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– Últimamente, Pepa, te hemos podido disfrutar mucho en teatro, el año pasado (2017) en “Las troyanas” en el Teatro Español. ¿Cómo afrontas ese cambio de rol, de un personaje tan histriónico de una tragedia griega con un tono tan desgarrador de tus personajes en “Jane Eyre”?

Pepa: Yo siempre pienso que la tragedia es muy dura, pero que tú como espectador no te identificas con la tragedia de forma, sino de fondo, te puedes identificar con el problema; por ejemplo: mi personaje había perdido la identidad.
Ponerte esas palabras en la boca, intentando que fueran de verdad, pero que no perdieran el tono de tragedia, fue un duro trabajo de creación, porque tenías que hacer una cosa épica sin perder la credibilidad, eso yo no lo había hecho nunca. En este trabajo partimos más desde nosotros.
En una historia como la que estamos contando ahora, te puedes identificar más, es cercana y verdadera, el tono es muy diferente. Yo trabajo hace muchos años con Carme y su obsesión en cada obra es encontrar el tono con el que explica la función y normalmente huye del naturalismo, intenta encontrar un lenguaje que se escape de él. Carme me ha aportado mucho en este sentido, también me ha estrujado y me ha hecho gozar y sufrir, pero yo me fío de ella y me lanzo.

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– ¿Qué proyectos tenéis de futuro?

Pepa: Ahora acabar de disfrutar este proyecto. Yo, además, he llegado a la conclusión de que en teatro quiero defender cosas que tengan un cierto nivel o poético o intelectual, quiero intentar defender cosas que me apetezcan hacer. Ahora mismo no tengo un proyecto real, rechacé una cosa después de “Las troyanas”, estoy abierta a que pasen cosas y si estoy una temporadita sin que pasen, creo que tampoco pasa nada, me voy a esperar.

Ariadna: Yo, cuando acabemos “Jane Eyre”, tengo un poco de gira con una versión de “Vania” de Àlex Rigola; en esta versión somos cuatro actores. También tengo una cosa de teatro en Barcelona para junio. Y estoy acabando un proyecto de televisión en México. Este trabajo en fluctuante y este año se me ha juntado todo. Un año intenso hasta junio.

– Como actrices, ¿seguís la historia de vuestros personajes aunque no continuéis ligadas al proyecto? Por ejemplo: Ariadna, te vimos en “Cuéntame cómo pasó” como Paz, la amante de Antonio Alcántara, Imanol Arias. SPOILER: ¿Sabes que Paz muere en un accidente aéreo temporadas después?

Ariadna: En ese caso, fíjate, me entere de que el personaje había muerto por casualidad (risas). Me llegó por terceros, porque alguien me dijo: “¡Oye! ¿Sabes que se murió en un accidente de avión…?”; y dije: “Anda, anda…”. La verdad es que no he seguido, ni sigo la serie, es muy difícil. Veo cosas cuando tengo tiempo, pero no es como antes que lo veíamos cada semana todo, para mí es imposible.

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– Pepa, a ti te vimos en “Merlí”, en la segunda temporada como Coralina, una profesora de historia muy interesante y potente. ¿Estás al tanto del spin-off, protagonizado por Carlos Cuevas, “Merlí: sapere aude”?

Pepa: ¡Ah! ¿sí? ¿Pero esto en Barcelona se va a hacer? ¿centrándose en el personaje de Carlos? No lo sabía. No he seguido casi Merlí, ni incluso la segunda temporada donde yo aparecía (SPOILER) –me moría de una manera muy indigna, ¿no?-, luego pensé “voy a ver la tercera”, pero empezó a complicarse y yo soy una consumidora activa de cultura, de la calle, más que de casa… Entonces, no la he acabado de ver.

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– Ariadna, este año pasado (2018), te hemos podido ver como madrina del proyecto “Primer Acto” de “La Joven Compañía” de teatro, junto a Viggo Mortensen, ¿qué relación tienes con “La Joven”? ¿Conoces sus trabajos y su obra?

Ariadna: Conozco a José Luis Arellano (director de teatro) y a raíz de gente en común -Teresa Lozano, Gerardo Vera, etc-, me contaron el proyecto desde el inicio. Hubo una rueda de prensa para presentarlo y darle un poco de visibilidad, así nos llamaron para apoyarles y nos dieron el título de madrinas (risas). Yo no he podido ir a todos sus montajes, porque además hacen muchísimos, pero he visto la mayor parte y, sobre todo, he ido por la mañana cuando van los institutos porque me parece sensacional lo que hacen, cómo lo hacen y cómo se lo cuentan a los chicos y les hacen llegar el teatro, que les puede parecer una cosa marciana, cómo acercan eso a través de los institutos, intentado hacer adaptaciones de obras que lleguen mucho a la gente muy joven, pero desde los 12 años, desde muy pequeños, es un concepto que han trasladado de Inglaterra que funciona, para mí tiene un valor enorme, además de formar actores muy jóvenes. Todo esto es una experiencia pedagógica y profesional muy interesante. Realmente, la pedagogía es una de las cosas más olvidadas en nuestro país, algo fundamental para cambiar la sociedad, como hablábamos antes.

Pepa: A veces se habla de educación y cultura, cuando para mí es lo mismo. Cultura tendría que estar dentro, fusionada en la educación, pero se queda para el final como un fleco suelto, pues cuando hablan de educación hablan de matemáticas, geografía e historia, etc. Y no es así.

Ariadna: He visto funciones con los chicos de institutos que empieza con juerga; además, les animan a usar los teléfonos y hacen que no se sientan cohibidos. Cuentan lo que es, previamente lo han trabajado, pero de otra manera, no como a mí me llevaban en el colegio -que salir era una fiesta-. Entonces, empieza la función siempre con jaleo y, de repente, hay un momento durante esas funciones que “¡Puf!”, se callan todos y ves que cambian sus caras y les interesa -claro los actores desde el escenario son muy jóvenes y lo cuentan de una manera cercana-, luego empiezan a hacer determinadas preguntas y dices “Ole”, esto les ha tocado, les ha emocionado. Tiene un gran valor.

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