Alfonso Albacete: “A la mujer siempre se le ha tratado como un florero”

Alfonso Albacete publica su primera novela y Entrefocos habla con él

Hoy entrevistamos a El cine español actual ha evolucionado muy bien a nivel técnico y artístico, pero se echa de menos esa incorrección política que tenía durante la década de los 90 y principios del 2000. Alfonso Albacete, junto a David Menkes, rodaron películas transgresoras como Más que amor frenesí (esta también junto a Miguel Bardem) o Atómica. Ahora, Alfonso nos presenta su primera novela, Todo se mueve, donde ya os hablamos de ella en este artículo. Entrefocos tuvo el placer de hablar con Albacete de su aventura como novelista y por supuesto, de su cine.

Fotografia realizada por Joan Crisol

Después de rodar tantas películas, ¿cómo surgió la idea de escribir una novela?

Yo siempre he escrito porque he escrito guiones, relatos cortos y también escribo canciones. Para mí era como algo que tenía pendiente, aunque me apetecía mucho. Me daba muchísimo respeto, porque no es lo mismo que escribir un guion, que es como una guía para una película, pero directamente, hacer una novela, pero parecían palabras mayores. Yo tengo el problema, cuando hago una película, de que los productores me piden que sea una comedia, entonces de repente tenía esta historia que me apetecía muchísimo contar y no era una comedia, sino algo dramático. Quise tratarlo con profundidad y por eso quise hacer un formato de novela. De todas formas, no me puedo separar de mi sentido del humor y en la novela he intentado reflejarlo también. La diferencia con hacer una película es que en la escritura estás tú solo. El libro es muy yo.

 Lo que más llama la atención es que tus personajes los escribes con nombres de actores o actrices. Hay cosas en la novela, como esta, de tu yo guionista que supongo que no habrás querido rechazar.

Es totalmente diferente escribir una novela de un guion, porque en una novela tienes que hacer que el lector se meta en ella y se imagine las escenas y los sentimientos, cómo son los personajes o cómo son sus relaciones. En cambio, en una película, ese sentimiento te lo da la mirada de una actriz, por ejemplo, utilizar la música en un momento dado o el tamaño de un plano. En una novela hay que dar todas esas claves para que el lector se meta de lleno.

Pensando ahora un poco en tu cine, es cierto que tus personajes han sido siempre muy libres. Aquí también cambian completamente por esa libertad. ¿Tu mensaje es que siendo libres se puede ser más feliz?

Sí porque además creo que si cuento historias quiero ser consecuente con las que cuento, quiero hablar de personas que me interesan. Siempre he cuidado muchísimo que el mensaje de mis películas, aunque sean comedias comerciales, sea el de la diversidad, el de la igualdad y la libertad. Para eso he elegido historias y personajes que los podía controlar para hablar de todo esto. Ahora con Todo se mueve quería primero hablar de las mujeres y su forma de pensar. Quise reflejar en estas cuatro chicas un poco qué es lo que están viviendo y cómo están empezando a alzar la voz.

portada realizada por Oscar Mariné

¿Crees que es un buen momento para crear personajes femeninos fuertes?

Es verdad que se ha tratado a la mujer como un florero y siempre ha sido la compañera de. En mis películas, todo lo contrario, desde Más amor frenesí, Sobreviviré por ejemplo, el personaje de Emma Suárez era una mujer de ahora, que toma sus decisiones casi a la fuerza por sus circunstancias, pero que es valiente y tira hacia adelante. Por tanto, si en mis películas esto ha estado presente, en mi primera novela también tenía que estar.

Es la historia de cuatro mujeres, pero me gustaría hablar de la quinta mujer de la novela, Soledad.

Yo quise reflejar con Soledad la sabiduría de la mujer popular. Sus nietas dicen que es una feminista encubierta, porque ni ella misma es capaz de llamarse feminista. Sí que es una mujer que ha luchado por sus niñas, por sus nietas. Como ves, la figura materna de todas las protagonistas no existe, entonces Soledad es esa madre que ellas nunca han tenido.

No sé si habrás tenido algún tipo de pudor al tratar la realidad musulmana, puesto que el padre sí que se adhiere a esa religión, pero las hijas no. ¿Crees que el catolicismo ha afectado a nuestra forma de comportarnos?

Es un mestizaje entre el catolicismo de la madre, en el que la abuela las ha educado, y el padre que es musulmán. Tiene que ver con cómo pensamos totalmente, porque tenemos algo que desde muy pequeños nos ha metido dentro, que es el sentimiento de culpa. Es algo que aunque no hayas hecho algo, tienes que sentirte culpable. Del catolicismo a mí lo que me parece criticable es que de repente puedes hacer cosas terribles, pero si te arrepientes y te confiesas eres perdonado. Eso te da una facilidad para hacer casi cualquier cosa.

También tratas un poco la realidad del YouTuber, ¿crees que esta actualidad es un poco superficial?

El personaje de Charlotte, la youtuber, me gusta mucho porque se cuenta también su pasado y su relación con Álex. Una relación que aunque es totalmente fallida es donde ella quiere estar. Esa imagen que ella da tampoco refleja cómo es ella. Aunque parezca superficial en el fondo ella tiene sus luchas. Y Álex es un Thomas el impostor, el personaje de Jean Cocteau. Es un chico que se ha construido a sí mismo y en realidad él es mucho más débil, y le encanta este impostor que tiene que dar esta imagen. No solamente físicamente, a base de gimnasios, entrenadores, operaciones… tú le ves y piensas que es el perfecto, cuando realmente él a sí mismo se odia. Creo que es un personaje que podría tener un spin off.

Les das una oportunidad a los hombres en Todo se mueve

Sí, pero sí que es verdad que es una novela en la que las mujeres son muy fuertes y por ejemplo el chico árabe que está con Samia, ese proyecto de futbolista, contrastan con la madurez de ella. No he querido tratar mal a los hombres, pero sí darles voz a ellas.

¿Crees que esta novela se puede llevar al cine fácilmente?

Lo que más me costaría es tener que reducirla a hora y media y quitarle parte de los secretos, sacrificar personajes, historias. Me daría muchísima rabia, porque las siento muy mías a las chicas.

Entonces en una novela se puede ser más personal que en un guion de cine.

Totalmente. En una novela eres tú, encerrado contigo mismo y sacando sentimientos a través de las palabras. Una película al final es una obra de conjunto donde intervienen diferentes ámbitos y muchas personas. Al final tienes que hacer que la película se parezca lo más posible a lo que tú habías pensado y eso no se cumple al cien por cien. En una novela eres tú quien la escribe.

¿Consideras que resulta fácil empatizar con los personajes que tú construyes?

Siempre es difícil, o era, coger a un personaje homosexual, transexual o bisexual y hacerlo universal, ¿no? Es decir, que la gente se pudiera sentir identificada con sus problemas o sentimientos. Conseguirlo era difícil, por ejemplo cuando hice Más amor frenesí o con Sobreviviré. Es algo en lo que sí ponía y pongo especial esfuerzo para que quien vea a esos personajes se sienta parte de ellos.

¿Costaba mucho más antes vender ese tipo de proyectos, como Más amor frenesí?

Costaba venderlo, pero estaba disfrazado de locura. En los años 90 hubo una generación de la que tuve la suerte de participar, con la que se abrió, se hizo un cambio generacional: Amenábar, David Trueba, Félix Sabroso entre otros. Cuando hablábamos de hacer una película para jóvenes, recuerdo que nos decían que los jóvenes españoles no van a ver cine español, y era una especie de lucha. Y pasó eso, que empezaron a ir más al cine y creyeron en él.

Soy absolutamente un espectador y quiero seguir siendo joven, por eso me gusta contar historias de jóvenes y me agarro a ellas y a su forma de pensar. En cada década he hecho una película generacional y, en este caso, Todo se mueve, lo sea.

Por qué leer tu primera novela…

Meterse en las cabezas de estas mujeres y en sus miradas ha sido una experiencia increíble que les recomiendo a todos los hombres. Ellas se van a sentir muy identificadas con Todo se mueve.

  • Fotografia de la portada realizada por AFIOCO