Vengadores: Infinity War esta vez en detalle (Spoilers)

Si aún no has visto la película te recomendamos leer nuestra anterior entrada en la que hablamos de las maravillas de Vengadores: Infinity War sin spoilers, ya que en esta se discutirán momentos importantes de la trama.

Pasado ya el primer fin de semana, en el que Infinity War ha batido todos los récords, comentaremos con más detalle lo que no nos ha convencido del todo de la última entrega de Marvel Studios.

El peor enemigo de Infinity War no ha sido Thanos, sino el tiempo.

Con tanto material que utilizar y con un tiempo limitado para abarcarlo todo, los hermanos Joe y Anthony Russo se vieron obligados a elegir lo que era realmente importante y lo que, en cambio, podía ser omitido. Desafortunadamente algunas cosas que fueron finalmente desechadas no carecían de importancia, y aunque no fueran esenciales, si que dejan muchos interrogantes y una sensación de ausencia o carencia en determinados momentos.

Los personajes, a excepción de unos pocos, no tienen el desarrollo o la importancia a la que estamos acostumbrados, llegando a limitar la participación de algunos de ellos a una simple frase o chascarrillo y a una o dos escenas de acción. Si el último tráiler de Infinity War nos sugería un épico enfrentamiento entre el Capitán América y Thanos, por ejemplo, el resultado no ha sido más que lo visto en el trailer.

El caso mas significativo es el de los integrantes de la orden negra, cuyo origen, capacidades o distinción nunca llega a explicarse abiertamente.

No obstante, aunque ningún personaje tenga la predominancia a la que estamos acostumbrados, su participación sí que es proporcional a su capacidad y relevancia dentro de la historia general. En ningún caso se crean sub-tramas superfluas para acentuar la importancia de uno u otro personaje como si ocurrió en su momento en Vengadores: La era de Ultrón (2015).

Y es que el verdadero protagonista de Infinity War es Thanos. Un personaje que a pesar de haber sido presentado hace ya seis años en una de las escenas post-créditos de Los Vengadores (2012), no conocíamos sino solo por algunas menciones, aunque sí por muchas teorías. La espera valió la pena, y el personaje interpretado por Josh Brolin consiguió ser lo más destacado de la película, que nos muestra su viaje para encontrar las gemas del infinito, nos explica sus motivaciones, y nos lo muestra alcanzando sus objetivos al acabar con la vida de la mitad del universo.

Sin embargo, ni siquiera Thanos está exento de crítica. El personaje retratado es muy distinto al nacido en las páginas de los cómics y, por consiguiente, al mostrado en cintas anteriores como Los Vengadores (2012), Vengadores: La era de Ultrón (2015), o Guardianes de la Galaxia (2014). Su carácter serio, y sus motivaciones profundas, distan mucho del que sonreía de manera enfermiza ante la idea de cortejar a la muerte. Aunque el resultado es inmejorable, está inconsistencia dentro del UCM es digna de mención.

La trama también se ve afectada por la restricción de tiempo.  La película empieza en mitad de la acción, con Thanos, que ya posee la gema del poder, habiendo abordado la nave que al final de Thor: Ragnarok (2017) transportaría a los refugiados asgardianos a su nuevo hogar en la Tierra. Thor y los asgardianos yacen derrotados, mientras Loki se descubre cómo poseedor del Teseracto, la gema del espacio. Afortunadamente, Hulk interviene e interrumpe el momento en el que la piedra va a cambiar de manos.

¿Qué ha sido de Xandar y del cuerpo Nova Prime? ¿Dónde están Valkiria o los luchadores de la arena de Sakaar? ¿Por qué Hulk esperó tanto? ¿Qué estuvo haciendo hasta entonces?

Pero el ataque a Xandar o a la nave asgardiana no son los únicos acontecimientos que tienen lugar fuera de escena. La obtención de la gema de la realidad, la recuperación del Hulkbuster o la infiltración de Corvus Glaive en Wakanda hacia el final de la película, tampoco se muestran, generando aún más incógnitas.

No todos los defectos se deben a la restricción del tiempo.

La expectación por la cinta de los hermanos Russo empezó mucho antes de su estreno, cuando Marvel Studios anunció el proyecto de adaptar el arco argumental de la guerra del infinito en dos películas que prometían ser la experiencia más épica que hubiéramos visto hasta el momento. Marvel llegó a anunciar que en una escena coincidirían hasta 60 héroes al mismo tiempo y que, además, supondría el fin de las andanzas de algunos de nuestros personajes favoritos.

Para satisfacer tales promesas, los hermanos Russo debían ofrecer una cinta cargada de acción, que aprovechara y mantuviera la tensión surgida de la incertidumbre y del temor por nuestros héroes. Y lo consiguieron, pero, desgraciadamente, sacrificando en ocasiones la lógica o la congruencia.

La tensión y la atmosfera de peligro se mantienen gracias al equilibrio de fuerzas entre el villano y los héroes, un equilibrio en el que ninguno puede vencer al otro y, al mismo tiempo, cualquier descuido supondría una derrota indiscutible. Pero cuando el villano tiene un poder infinito y los héroes llevan 19 películas evolucionando para enfrentarse a enemigos cada vez más peligrosos es difícil mantener ese equilibrio. Para lograrlo, en este caso, los personajes olvidan convenientemente armas y habilidades que podrían suponer una diferencia decisiva.

Tras conocer los planes de Thanos, Iron Man, Spider-Man y Doctor Strange viajan a Titán, donde se encuentra la base de Thanos. Allí se encuentran con Star Lord, Mantis y Drax. Tras consultar todos los futuros posible, Doctor Strange, idea una trampa con la que sorprender a Thanos y arrebatarle la fuente de su poder, el guantelete del infinito. Sin embargo, el plan falla, al no poder mantener al Titán inmovilizado durante el tiempo suficiente ¿Por qué Strange no le cortó el brazo utilizando un portal como hizo Wong con Cull Obsidian? ¿O Iron Man con el sable del que haría gala más tarde?

Y ellos dos no son los únicos héroes despistados. Thor no utiliza sus  poderes de Dios del trueno cuando su pueblo es diezmado, ni Loki su habilidad para crear ilusiones, o el Teseracto. Doctor Strange no utiliza sus habilidades para encontrar a Visión como hizo en Thor: Ragnarok (2017) para encontrar a Odín, aunque si a Iron Man momentos antes. Bruja Escarlata, sabiéndose poseedora del poder suficiente para destruir las gemas, no ataca en ningún momento a Thanos, a sus gemas o al guantelete, mientras que Thanos, tras obtener la gema de la realidad, con la que puede alterar la materia a voluntad, aparta cuidadosamente a los héroes que se interponen en su camino hacia la gema de la mente, uno a uno.

El extraño doctor ex machina.

Teniendo la capacidad de ver todos los futuros posibles, Doctor Strange, confirma sin entrar en detalle, que sólo existe una cadena de acontecimientos que acabe con la victoria de los héroes. De este modo, la persecución de esa línea se transforma en un Deus Ex Machina que justifica cualquier posible fallo, con el argumento de que, aunque pueda parecer un error, se trata de un error necesario para la consecución del único fin satisfactorio.

Hasta Vengadores 4 no sabremos si se trata de una explicación verdaderamente justificada o de un simple recurso que permitiera ocultar fallos o carencias muy difíciles de justificar de otro modo.

LA conclusiÓN es una decepcionante LIBERACIÓN.

Tras obtener las seis gemas del infinito, matando a su hija Gamora y al androide Visión en el proceso, Thanos cumple su objetivo reduciendo a la mitad de la vida en el universo a polvo, mientras el guantelete queda notoriamente dañado. Este impactante final se salda con las muertes de, salvo Rocket, los Guardianes de la Galaxia, Black Panther, Doctor Strange, Spider-Man, Falcon, Bucky, Visión y Bruja Escarlata.

A pesar de la intencionada emotividad del momento, el final fracasa en emocionar y en mantener o hacer justicia a la tensión generada durante la producción y aprovechada durante prácticamente la integridad de la película. Privando a Thanos de la fuente de su poder y salvando a los personajes cuyas muertes eran más temidas (Iron Man, Capitán América y Thor) se remueve el velo de incertidumbre, se encienden las luces y se ahuyenta a los fantasmas,  mientras que matando a aquellos cuya vuelta es indudable, a sabiendas de que sus películas en solitario ya han sido anunciadas, nos quedamos con ganas de saber cómo desharán nuestros héroes el genocidio que ha tenido lugar, pero con la certeza de que lo lograrán.

Resumen y conclusión.

A pesar de los aspectos señalados y otros que por motivos de extensión no hemos querido mencionar, Vengadores: Infinity War es una película cargada de acción, con un ritmo trepidante y un suspense que te mantiene sujeto a la silla. Protagonizada por el mejor villano del UCM y con la aparición de todos nuestros personajes favoritos, los fallos que podamos apreciar no son más que una consecuencia inevitable de lo ambicioso del proyecto y del alto nivel al que nos tienen acostumbrados Marvel Studios y los hermanos Russo. Tampoco hay que olvidar que se trata de la primera de dos partes y que la siguiente, con menos personajes y habiendo dejado atrás los momentos más conflictivos, puede explicar e, incluso, solucionar cualquier cabo suelto que pueda habernos dejado la fantástica película que es Vengadores: Infinity War.

Recomendada para: todos los fans de Marvel.