A la vuelta de la esquina – Película pequeña que conquista poco a poco

A la vuelta de la esquina: Cuando las historias pequeñas se vuelven grandes.

En algunos trabajos se forman pequeños mundos que pueden ser como una segunda casa o un refugio, algo que al personaje de Christian agradece después de un pasado marcado por la delincuencia y la soledad. A la vuelta de la esquina nos presenta este pequeño mundo que se forma dentro de un supermercado, donde los empleados viven las emociones que se nos presentan en la película.

Sinopsis

Christian (Franz Rogowski), un joven solitario y tímido, comienza a trabajar en un gran supermercado. Bruno (Peter Kurth), «el de las bebidas del pasillo», lo acoge bajo su tutela y rápidamente se convierten en amigos. Bruno le enseña a Christian cómo desenvolverse en ese laberinto lleno de estanterías y cajas. Justo al lado trabaja Marion (Sandra Hüller), «la chica de los dulces», y Christian se enamora inmediatamente de su misterioso encanto. La máquina de café se convierte en su lugar de encuentro y los dos comienzan a conocerse. Pero Marion está casada y los sentimientos de Christian por ella parecen que no son correspondidos, especialmente, cuando ella un día no regresa al trabajo.

Crítica:

A la vuelta de la esquina es una película para ver con tranquilidad, realmente no es una película para un consumo rápido, ya que el film se toma su tiempo como el protagonista de la cinta interpretado por Franz Rogowski. Una película amable y que crea sensaciones sobre todo en la recreación que hace del supermercado. Un film que a quien tenga un trabajo donde hay tanta gente verán como hasta qué punto es real lo que se cuenta. Ya que en un sitio donde pasas 8 horas diarias trabajando es normal socializar e incluso crear relaciones que incluso te acompañarán el resto de tu vida.

El film dirigido por Thomas Stuber tiene un ritmo lento necesario, aunque quizá algo excesivo en un film de dos horas. Destacaría la interpretación de Franz Rogowski que lleva a sus espaldas la película, además de unos secundarios que cumplen con su función. Un film de sensaciones que es ideal para ver en una sala oscura y zambullirse durante dos horas en otro mundo.

Recomendada para: Los amantes de las historias pequeñas pero que en el fondo son tan grandes como la vida misma.